Urea como combustible, ¿la gasolina del futuro?
Ante el alto costo de la energía renovable y la escasez de combustibles que eliminen las emisiones contaminantes, los fabricantes de automóviles proyectan sus ambiciones hacia las fuentes más abundantes de energía; ejemplo de ello, el hidrógeno que se obtiene a partir de la orina, un barato y siempre disponible residuo.
Un equipo de ingenieros de la Universidad de Ohio cree que la orina tratada a partir de la electrólisis puede producir hidrógeno más fácilmente, en comparación con los métodos actuales mediante la descomposición del agua, debido a que se requiere mucha energía y además el líquido debe ser extremadamente puro.
Geraldine Botter, una profesora de química e Ingeniería biomolecular de la Universidad de Ohio en Estados Unidos de América, ha desarrollado una tecnología que permite generar hidrógeno a partir de la descomposición de la orina, con el simple hecho de aplicar una ligera corriente eléctrica.
La doctora Botter experimentó con aguas de desecho y obtuvo hidrógeno además de agua limpia. Geraldine dice que su descubrimiento es además una forma eficiente de purificar el agua, por lo que su aplicación principal sería en plantas de tratamiento de agua y en granjas, donde las grandes cantidades de urea y amoníaco crean un problema ambiental.
La especialista aseveró que la forma más común para la obtención de éste fluido es mediante la electrólisis del agua, que es la fuente más abundante de hidrógeno. Dicho descubrimiento es sumamente trascendente ya que la generación del hidrógeno mediante éste proceso es más barato por requerir menor energía.
Botter subrayó que el ser humano orina de dos a tres litros por día, por lo que se favorece un proceso ecotécnico al reutilizar desechos orgánicos y que son renovables, ya que a más urea y amoniaco más hidrógeno.
“La orina de los 22 mil estudiantes de ésta Universidad, podría generar energía para unas 50 a 70 casas, al ser procesada por una celda de combustible»- declaró la investigadora a la cadena BBC Mundo.
Ante la pregunta de cómo almacenar el hidrógeno y colocarlo en los autos, los investigadores apuestan por colocar orina en los autos y la celda de combustible lo transformará en hidrógeno.
BMW, Ford y Toyota trabajan para adecuar tanques de urea.
Ya existe la tecnología para colocar tanques de urea en los camiones de diesel fabricados en Estados Unidos desde 2010.
La urea se usa para generar una reacción catalizadora de «lavado» de los óxidos de nitrógeno para reducir las emisiones del gas contaminante.
«Ya cargamos vehículos con urea así que ahora la podemos utilizar para producir hidrógeno”, afirmó Botter.
Pero no todo está resuelto para que los autos de hidrógeno ya estén en las calles. Empresas automotrices como BMW, Mercedes Benz, GM, Ford y Toyota tienen a cientos de ingenieros trabajando en sus prototipos.
Uno de los mayores problemas es la falta de infraestructura para la recarga de combustible de los tanques de hidrógeno.
140 kilómetros por galón de orina.
Según los datos aportados por Geraldine Botte, un vehículo equipado con una pila de combustible que funcione con orina podría recorrer cerca de 150 kilómetros con un galón de orina, es decir, algo menos de 40 kilómetros por litro de urea. Un gran incentivo para concienciar a los ciudadanos de que orinar en la calle no solo ensucia las ciudades, sino que supone un derroche de energía.
Energía suficiente para calefacción y climatización.
Además, este descubrimiento se podría aplicar a muchos otros ámbitos de la vida, con un enorme potencial. Así, según Botte, el mayor potencial de esta tecnología se encuentra en zonas donde se reúne una gran cantidad de gente, como aeropuertos o estadios de fútbol, por ejemplo. En una oficina con 200 o 300 trabajadores, se podría generar energía suficiente para el sistema de climatización, por ejemplo.
Por otro lado, su aplicación en explotaciones ganaderas con animales grandes, como vacas, podría generar energía suficiente para abastecer de agua caliente a 19 hogares, contribuyendo también a lograr energía para la calefacción y otras aplicaciones domésticas.